La lectura ofrece algo más que relajación y conocimiento. Afecta profundamente a nuestras funciones cognitivas de diversas maneras. Por ejemplo, la lectura constante puede potenciar sus habilidades comunicativas y mejorar la retención de la memoria. Al adentrarnos en distintas narrativas y perspectivas, estimulamos nuestra creatividad y mejoramos nuestra capacidad para recordar información. Sumergirse en diversos mundos literarios no sólo entretiene, sino que también desafía y perfecciona las facultades mentales.